domingo, 22 de agosto de 2010

Capítulo 0. Las dulces pesadillas.

Prólogo. Las dulces pesadillas

Eran las 12 en la noche mas oscura del año, y no había ni una estrella que brillara entre la negrura del cielo. Calabazas brillaban anaranjadas en los alféiceles de las ventanas, era la noche de Hallowen, y las luces de las casas estaban apagadas porque la gente ya estaría durmiendo.

Aún no recuerdo porque estaba sola por aquella calle solitaria y oscura, únicamente iluminada por una farola cuyo bombillo parpadeaba como si estuviera apunto de apagarse.
Tenía miedo, sentía esa sensación en el pecho todo el rato, las manos me sudaban y mi respiración era entrecortada. Estaba sola en aquella calle; nadie me seguía pues no se oían pasos, estaba únicamente yo y mi calabaza de plástico repleta de chocolate, pero me sentía acompañada. Era un presentimiento; sabía que algo malo iba a ocurrir.
Seguí caminando por aquella calle hasta llegar a una esquina, donde en mi mente empezaron a resonar gritos, gritos ahogados de una chica que cada vez sonaban mas fuerte. El dolor en el pecho se intensificó y me detuve en aquella esquina para observar.

Había un chico y una chica que forcejeaba inútilmente entre sus brazos, los cuales la agarraban fuertemente mientras le mordía el cuello. La sangre que emanaba y que chorreaba por sus pechos hasta gotear en el suelo me produjo un olor fétido, como si pudiera estar ahí al lado, tan cerca como para saborear la muerte que ahora la abrazaba. El chico la dejaba caer al suelo, como si fuera una muñeca de trapo.
Su boca manchada de sangre era ansiosa, muriéndose por solo poder tomar alguna gota mas.
Un nudo se me hizo en el estómago provocándome un dolor insoportable al ver como se agachaba sobre el cuerpo sin vida tendido en el suelo, lamiendo los restos de sangre que manchaban su cuello hasta su pecho, ahora mordiéndolo. Pude ver como escupía un trozo de carne y como con sus manos arrancaban la que quedaba, hasta que se le vieron algunas costillas. Luego enganchó sus dedos entre ellas y tiró hasta arrancar un trozo de esternón.

Cada movimiento que el hacía sobre sus huesos me dolía a mí, todo lo que no sentía ahora el cadáver medio descuartizado lo estaba sintiendo yo. El pecho me ardía hasta el punto de arrancarme la piel a tiras. Reprimí un grito escondida detrás de aquella esquina cuando el chico introdujo sus manos por dentro de la caja torácica ahora destrozada, hasta que una sonrisa se le formó en la cara dejando ver dos colmillos afilados.

De un tirón arrancó algo dentro del pecho del cadáver, su corazón, el cual sostenía entre sus manos manchadas de sangre mientras lo observaba, relamiéndose.
Noté como si me acuchillaran el mío cuando sus manos lo apretaron con fuerza sosteniéndolo en alto, mientras bebía la sangre que chorreaba del órgano aún caliente. Cuando ya no quedaba mas sangre que beber, tiró a un lado el corazón y se acercó al cadáver dispuesto a eliminar los restos. Tomó de los brazos inertes y tiró de ellos arrastrando a el cuerpo contra los adoquines del suelo.

No pude reprimir un gemido intenso del dolor que sentía en el pecho y mi respiración se cortó de golpe, porque él también se había parado en seco. Permaneció inmóvil unos segundos, y mis manos temblaron al ver como su nariz olfateaba el aire varias veces, y como su cabeza se giraba hacia la esquina tras la que yo me escondía.
El pelo castaño liso caía sobre su cara, dejando entre ver su boca entreabierta enrojecida y unos ojos verdes grisáceos mirándome fijamente.

Parpadeé por un instante, pero él ya no estaba allí, así que retrocedí nerviosamente unos pasos hasta que choqué con algo. Me di la vuelta rápidamente, él ya estaba allí, detrás mía, con aquella mirada nerviosa que hacía que sintiera escalofríos por mi columna vertebral.
Ahora sus nuestros movimientos transcurrían muy lentamente, mi respiración entrecortada y mis latidos del corazón como si se fuera a salir del pecho, y su boca abriéndose mostrando los mismos colmillos de antes. Sus piernas se flexionaron como si quisiera atraparme, pero un sonido resonó en mi cabeza varias veces, porque ahora el vampiro no estaba cubierto solamente de la sangre de la chica, le habían disparado, y una sangre morada muy oscura emanaba de la herida. Giré mi cara rápidamente, era un joven con una pistola en la mano de la que aún salía una hilera de humo del cañón, pero todo se empezó a volver cada vez mas borroso, “melissa …melisaa” decía una voz distante …

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Desperté con mi propio grito. Sentía que me faltaba el aire y mi respiración era muy agitada. Me aparté el pelo pegajoso y pegado a la frente por el sudor.
“solo ha sido un pesadilla” … “como todas las demás” pensé para mis adentros intentando calmarme, pero le corazón aún me martilleaba el pecho.
Me metí debajo de la manta en cuanto pude recobrar una respiración mas calmada. Eran las 3 de la madrugada según mi reloj de mi mesilla de noche.
Mas lagrimas mojaron la almohada sobre la que escondía mi cara; me dolía el pecho solo de recordar aquella escena, la cual se había quedado grabada en mi subconsciente desde aquella noche del 31 de octubre hace 2 años.

Y desde entonces soñaba siempre lo mismo, siempre la misma escena en la misma noche, con el mismo vampiro, siempre la misma pesadilla.


Blood Sinner.

2 comentarios:

Rapicuy dijo...

Hi *O*,genial el prólogo me ha encantado , eres una escritora estupenda Rebeca , estoy encantado con tu historia y espero que sigas escribiendo bye.
Atmt->
Rapicuy

Elly dijo...

Ahora SUS nuestros movimientos transcurrían muy lentamente, (supongo que ha sido un error de escritura, pero te aviso para que puedas corregirlo). Es la primera frase del párrafo que está encima de ---------. Pero LE corazón aún me martilleaba el pecho (En la cuarta línea después de Desperté con mi propio grito). Otra cosa... (que no hay forma distinta de escribirlo, por otra parte), cuando describes la muerte de la chica, repites mucho pecho, corazón y sangre, quizás podrías omitir algunas o... bueno (no soy una experta precisamente)

Por otro lado, y fuera de críticas (que si no va a parecer que soy una quisquillosa) me ha gustado mucho el prólogo, porque por lo que he podido leer aquí y en el "Blood Siner", Mell no vive lo que hace el vampiro, sino que lo sueña, cosa que sin duda es original!!

Un saludo!! ME HA ENCANTADO EL PRÓLOGO, me has hecho ver la carnicería!