jueves, 2 de septiembre de 2010

Capítulo 4. Yo no necesito terapia.

Capítulo 4. Yo no necesito terapia.




-um … me ¿buscaba?-dije cuando consiguió ponerse a mi altura.

-si- dijo con la respiración agitada y apoyando una mano en una de las taquillas empotradas a la pared mientras recobraba la respiración -creo que tengo la solución a tus problemas.

-haha ¿¿solución?? -dije con ironía, no creo que hubiera nada que me solucionara esto a parte de un coma.

-exacto! -dijo con su risilla- terapia de grupo!!

-eing?-dije alarmada, creo que me empezó un tic en el ojo izquierdo.- t-terapia d-de … grupo?? ¿¿Con un montón de gente escuchando mis problemas y diciendo “ hoooolaaaa melisaaa, bienvediiiidaaa”??- dije con voz de zombie.

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-hooolaa Mellisaaa bienveniiidaaaa-dijeron con voz de zombie un grupo de personas sentadas en unas sillas plegables dispuestas en círculo. Una señora que se había presentado con el nombre de Luisa cuando llegué, y que tenía el pelo negro con numerosas canas recogido con una pinza para el pelo, y que era la que dirigía el grupo, se levantó:

-Bueno, pues ya conocéis a los dos nuevos en nuestro grupo de terapia, espero que mejoréis mucho aquí.

-gracias- dijimos Eric y yo. Si … recuerdo en el momento en que le supliqué a Eric que me acompañara.


“Flash back”

-Mell … la terapia es para que mejores tu, ¿por qué tengo que ir yo también?

-jooooo Eric!! Acompáñame, acompáñame, acompáñame, acompáñame, acompáñame … -le dije como unas mil veces, hice un puchero y le puse ojitos.

-bueeeeeeno, pero … ¿y que digo allí?”

“Fin del Flash back”


- Pues entonces comencemos-se volvió hacia una de las personas del grupo, que era un chico de vestimenta cyber goth. Llevaba unos pantalones color verde fluorescente estrechos y unas botas militares de plataforma que le llegaban hasta la rodilla. Luego una camiseta negra rajada por todos los sitios existentes y el pelo estaba lleno de rastas del mismo color que el pantalón, con unas gafas antiguas de aviador a modo de diadema. - hola Robert, cuéntanos.

-bueno … tengo un problema, me excito con el gore. Si … lo se, es horrendo, pero es que es tan maravilloso ver como la sangre desciende por su cuerpo … sus gemidos de dolor son como música para mis oídos - luisa fue corriendo hacia a él y le interrumpió.

-bueno bueeno bueeeeeeno robert, no hace falta que nos des detalles. - dijo poniéndole las manos sobre los hombros y volviéndolo a sentar en la silla- ahora tu conchi. - conchi era la empollona, bueno …yo era la empollona porque sacaba buenas notas ..pero conchi … era descendiente de einstein por lo menos. En cuanto a su ropa, que se basaba en polos (cada día de un color diferente) y pantalones vaqueros con las mismas playeras que llevaba desde que empezó la ESO, no era demasiado extravagante como se solía representar a los empollones de las series de televisión.


- hola a todos, me llamo Rita de la Concepción Pérez Sánchez, pero me podéis llamar conchi, como siempre -rió de forma nerviosa- y yo soy adicta a estudiar. No puedo parar, tener un libro de algebra entre las manos es como una adicción para mí. - se volvió a sentar en su silla y luisa comenzó a hablar de nuevo.


- entonces chicos, tenéis alguna idea de cómo solucionar el problema de conchi?- preguntó a todos, pero … ¿acaso ser adicta a estudiar era un problema? Mas bien sería el sueño de cualquier padre - conchi! -dijo con voz severa al ver como esta sacaba de su mochila una tabla periódica de tamaño A3 plastificada.

Pasaron los minutos, hasta que le tocó a Eric, y justo después … me tocaría a mí .


- hola!!- dijo Eric haciendo su saludo de siempre, V de victoria con los dedos. - pues la verdad es que no pensaba que esto pudiera llegar a convertirse en un verdadero problema, pero yo … soy adicto a ver manga- dijo con un dramatismo exagerado, en ese momento supe que Eric estaba actuando, y tuve que aguantarme una carcajada mirando hacia el suelo. Al rato, después de que la señora luisa intentara sacar soluciones para el problema de Eric de debajo de las piedras, me tocó a mi.

- como ya sabéis ..me llamo Mell … tengo 16 años- dije intentando alargar mas los minutos antes de que me tocara, sin ninguna otra salida, contar mi “historia”- mi problema es … es …- noté que me empezaron a sudar las manos- un vampiro mató a mi hermana y yo lo vi por casualidad, se me quedo un trauma y ahora tengo pesadillas todas las noches, mi madre murió en el parto asi que la única familia que me queda es mi abuela y una tía alcóholica y peluquera que veo 3 veces al año - lo dije todo de un tirón, tan rápido, que cuando terminé respire una gran bocanada de aire. La cara de susto se hacía notar en la señora Luisa.

-b-bueeeno, ¿alguna conclusión?- el silenció se hizo en la sala. Nadie comento nada acerca de mí … lo sabía, no había solución para mi problema.



Blood Sinner

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