domingo, 5 de septiembre de 2010

Capítulo 5 (parte II). Marcada hasta la eternidad.



No pude creérmelo cuando sus manos bajaron el ancho cuello del jersey y dejaron al descubierto su cuello, marcado por una gran cicatriz que contrastaba con el color de su piel.

Una mordedura de vampiro.

Mis ojos se abrieron al máximo y me agarré con fuerza al borde de mármol de lo lavamanos.

-¿q-q-que te pasó?-dije dudando.

-me atacó un vampiro hace como … unos 6 meses. Desde ese momento les tengo pánico-inconscientemente llevé mi mano a su cicatriz y con el dedo índice la toqué levemente.

- lo siento- dije retirando la mano en cuanto me di cuenta de lo que estaba haciendo.

- no pasa nada -dijo subiéndose el cuello del jersey- lo que no entiendo es por qué no me mató. Recuerdo la escena, yo … desangrándome- miró a un punto fijo en una de las paredes de baño mientras lo contaba- con un solo gesto podría haberse llevado mi vida, y sin embargo - suspiró y volvió a mirarme con sus ojos, ahora llorosos- no me mató. Noté sus manos heladas rodeándome y en un parpadeo estaba sobre mi cama … con la ropa empapada en sangre y la mordida del cuello con un vendaje.

Empecé a imaginarme aquella escena. Podía oír su voz a lo lejos mientras visualizaba su cuerpo tendido sobre la cama, asustada, y como una sombra salía a toda velocidad por la ventana abierta.

Pero su voz me sacó de aquel extraño trance.

-Mell!! - me sobresalté al oír como me llamaba- por fin! Te llamaba y no me hacías caso.-entornó los ojos.

- ah ..lo siento es que estaba pensando.

- bueno … acabo de contarte el lado oscuro de mi vida sin ni siquiera presentarme-me tendió la mano- me llamo Evelyn-miré hacia su mano extendida la cual estrechaba la mía con fuerza. Dio un tirón que me atrajo hacia a ella y me abrazó, pudiendo notar su aliento chocar en mi cuello mientras hablaba - a sido todo un alivio poder hablar esto con alguien que no piensa que estoy loca.


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Después de la jornada de terapia, me disponía a volver sola a mi casa. Normalmente iba a todos lados con Eric, ya que vivía en el edificio de al lado, pero los martes, después del instituto, tenia su clase de cómo dibujar manga.

Afortunadamente, Evelyn, la que creía que ya la podía considerar un poco “amiga” por compartir en el baño nuestros traumas(dios … estoy ablando de los traumas como si fueran experiencias graciosas que te pasan y que merecen contárselas a todo el mundo), me invitó a ir a su casa después de la terapia. Llamé a mi abuela para avisarle de que iba a dar un paseo y que volvería mas tarde, ya que mi abuela se solía preocupar mucho desde que murió mi hermana, y ahora iba montada en el bus al lado de Evelyn, la cual había conocido hace media hora, dispuesta a ir a su casa.

Evelyn vivía en Siete Palmas, un lugar que habían construido hace unos años y que ya era bastante famoso por sus numerosas urbanizaciones, el campo de fútbol y los dos centros comerciales de los que constaba. Caminamos una calle mas abajo, de donde nos había dejado el bus, para llegar a una de las puerta de una urbanización, situada justo al lado de la peluquería “Macarena”.

abrió con una llave la gran puerta de hierro pintada de negro que daba paso al interior del gran conjunto de edificios. Aquello era enorme y no pude evitar fijarme en la gran piscina que había al fondo.

Llegamos al portal Nº 10, abrió la puerta con otra de las llaves que colgaban de su enorme llavero, y subimos por el ascensor a la 4ª planta. Su casa era amplia, y además, estaba llena de cuadros de Audrey Hepburn.

- Hola mamá! He traído a una amiga.- de la cocina salió disparada una mujer con los ojos muy abiertos , bastante joven con el pelo recogido en una cola de caballo. Llevaba una espátula en la mano y me quede mirando al delantal también de la famosa actriz que llevaba puesto.

-Audrey es mi obsesión- rió- yo soy Fátima, perdona por el sobresalto, pero hace muuucho tiempo que Eve no trae una amiga a casa. -se agachó a mi altura- tu ya me entiendes- y me giñó un ojo de forma exagerada-

-mama!!- le echo una mirada asesina..

-es brooooma. No os molestaré, estoy demasiado ocupada dibujándole con ketchup la cara de Audrey a una tortilla de papas.

Evelyn me guió por un corto pasillo hasta la habitación del fondo, abrió la puerta de madera oscura y me dio paso.

-y esta es mi habitación, la fortaleza anti-vampiros.- rió.

Aquello habitación era digna de admirar.


Blood Sinner

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