Capítulo 7 (parte III). Pues ahora no lo quiero.

Capítulo 7 (parte III). Pues ahora no lo quiero.

Me acerqué a la mesilla de noche para buscar unos calcetines y, cuando levanté la vista, había algo sobre la mesilla. Una pequeña nota que decía: “me gustaría empezar de nuevo, Derek.” seguidamente la estrujé y la hice una bola, pero no podía creer lo que había al lado sobre la mesilla.
El libro de Edgar Allan Poe.

No podía creerlo, ¿ahora quería venir a hacer las paces conmigo? Pues no le va a resultar tan fácil. Además, después de la paliza que me tuve que dar intentando buscar otro libro de Edgar Allan Poe me lo viene a devolver hoy, justo cuando tengo que entregar el trabajo mañana.
- abuela- la llame dirigiéndome al salón- ¿vino un chico por aquí a traerme un libro?
- ¿a traerte un libro? Pues vino Eric a traerte unos comics de esos pero nadie mas.
- a..si..me refería a Eric- mentí volviendo a mi habitación y sentándome sobre la cama confusa Entonces, ¿como había llegado el libro a mi mesilla de noche? Baraje la posibilidad de que se hubiera colado por mi ventana, pero vivo en un octavo, así que como no fuera spiderman …
Me dolía la cabeza de tanto pensar en el odioso de Derek, así que alargué mi mano en busca del libro de poemas para ojearlo. En el instante en que la yema de mis dedos rozaron la suave tapa del libro una especia de chispazo hizo que mis dedos retrocedieran en un acto reflejo.
Algo recorría mi columna vertebral, ascendiendo, impidiéndome abrir los ojos … hasta que la vi.
Se hallaba entre los brazos de alguien. Su cabeza echada hacia atrás y su cabello castaño oscuro, igual al mío, se deslizaba sobre ellos. Sus ojos de iris oscuros igual que los mios y sus labios entre abiertos y rosados dejaban escapar un leve suspiro al pasar por su cuello unos labios que lo besaban. Cualquiera diría que era yo la que estaban entre aquellos brazos. Pero su expresión cambió. Sus ojos se abrieron de golpe asustados y los brazos que la rodeaban la estrecharon con fuerza y de su cuello empezó a chorrear sangre. Aquella boca que antes lo recorría dulcemente paso a ser dos colmillos afilados que desgarraban su carne.
-a..a…amber?- dije capaz de articular palabra. Entonces todo se volvió oscuro, y volví a ver el libro que estaba junto a mi. La imagen borrosa de mi habitación a causa de las lagrimas me impidieron distinguir si esto era la vida real. Intente llegar a uno de los cajones pero temblaba de miedo. Cuando conseguí abrirlo quite unas camisetas buscando algo al fondo del cajón.
Conseguí encontrarla, y al verla las lágrimas se hicieron mas abundantes.
Era una foto en las que salíamos mi hermana y yo meses antes de su muerte. Parecía tan feliz … pensé mientras acariciaba con la yema de mis dedos su cara. Parecíamos dos fotocopias, nuestra sonrisa amplia era idéntica, mi hermana gemela.

Blood Sinner.